3.8.07

el destino


Hace poco me regalaron el DVD de la Joven del Agua, de Shyamalan, uno de mis directores preferidos. La película no está mal, pero no me gustó tanto como el Sexto Sentido o El Bosque. En uno de los diálogos de la película, la ninfa del agua les dice a los humanos que nuestras vidas estan mucho más interrelacionadas entre sí de lo que creemos, que los actos que hacemos influyen en las vidas de muchísismas personas.
Reflexionando sobre esta idea, me doy cuenta de que tener un hijo es una de las formas más claras de influir en la vida de otras personas, no ya sólo en la de sus padres, si no en la de sus futuros amigos, futura pareja, incluso futuros hijos. Pensando así me siento más como un protagonista de la vida (de la Historia), y menos como un mero espectador.

2 comentarios:

Agia dijo...

Tens raó, es la manera més clara de veure-ho. Però sortint al carrer cada dia també estàs influint, a petita escala, en la vida. Em refereixo a coses tan simples com estar de bon humor, intentar compartir coneixements o simplement estant allà quan algú ho requereix.
Un petonàs,

Dr. Fleischman dijo...

També crec que un somriure pot canviar moltes coses.
Un petó